¡Buenas
de nuevo! Termino con la edición especial del concursillo este con el segundo
cuento ganador, de mi colega Mendiel. Una maestra en eso de crear escenas
grotescas y sorprendentes, y con un sentido del humor un poco retorcido XD Si
les gusta su estilo, pueden pasarse por su blog, Pies fríos en la espalda.
Avon llama
—¡Avon
llama! –canturreé con la más melodiosa voz tocando la puerta de la linda casa
rosada de la calle donde vivía.
La mujer
de ruleros y camisón de dormir me abrió con ojos soñolientos que le hacía ver
más arrugada aún su cara de setentona.
De mala gana
me respondió, pero yo, insistente, entré por la puerta de ladito y me acomodé
en el sillón arreglando mis muestras y cosas sobre la mesa de su salita
desordenada.
—¡Hermosa
casa! –le dije con la boca chueca, que denotaba mi mentira. La mujer se sentó a
mi lado, resignada a mi discurso de ventas.
Le
mostraba entusiasmada los lipsticks,
las sombras de ojos, las cremas y perfumes que le ayudarían a mejorar su
apariencia. Ella, cada vez más aburrida, bostezaba y miraba al techo, al piso o
a alguno de sus gatos que revoloteaban por ahí.
Seguía yo
probando las cremas en sus manchadas manos y su rostro marchito, exponiendo mi
discurso que me había aprendido vehementemente para vender mis productos.
La vieja
se levantó sin siquiera disculparse y fue a la cocina a servirse un sucio café.
Al pasar junto a mí, empujó la mesa echando al piso mis muestras de perfumes,
que se derramaron en el piso.
¡Ni una
disculpa, ni una expresión de sorpresa! ¡Nada! ¡Completa ignorancia e irrespeto
a mi noble labor!
La seguí
a la cocina, olorosa ahora a cosméticos por mis perfumes rotos. Me paré tras
ella con mi mirada fija en su nuca y volteó sorprendida.
—¡Oh! ¡Disculpa!
–me dijo, hipócrita, con una sonrisita burlona en su rostro–. La verdad, no me
interesan tus productos; yo compro Clinique.
No pasó
ni un minuto para doblar hacia atrás mi pierna, rematada en un lindo zapato
acharolado, el cual me saqué y, clavando el tacón en su sien, sentí el calor
del café mojando mi pie desnudo.
Gracias Denise por el premio y publicar mi relatito. Besaso!!
ResponderEliminarYa lo dije varias veces, pero no me canso: gracias a vos por participar! :D
Eliminar¡Menuda guerra de egos! El clásico "Avon llama a tu puerta" ha servido al menos para elaborar este divertido relato. ¡Saludos!
ResponderEliminarJaja, sí, por eso digo que hay que ser educado porque nunca sabemos con qué clase de loco nos vamos a encontrar :P
EliminarSaludos para vos y gracias por comentar!
Me parece que fue hecho con todo atención el que cayeran los cosmeticos de esa marca.
ResponderEliminarBien escrito.
XD
EliminarEnhorabuena, Mendiel.
ResponderEliminarMerecido premio el tuyo. Vaya, vaya con la señorita de zapatos brillantes...
De ahora en adelante me fijaré más en el calzado antes de rechazar a nadie, je, je. ☻
Saludos a todos
¡Saludos para vos también, gracias por comentar!
EliminarMe uno a las felicitaciones para su autora Mendiel y me pregunto: ¿Cómo le puede abrir la puerta a "Avon" cuando alguien se mantienes fiel a "Clinique"?... ¡Claro, luego pasa lo que tiene pasar! :D
ResponderEliminar¡Abrazos para cada una! ;)
Jajaja, seguro que estaba aburrida y tenía ganas de fastidiar a alguien, pero como dicen, "karma is a bitch" y obtuvo lo que se merecía (bueno, hasta cierto punto) :P
Eliminar¡Gracias por comentar!